
Afirmó en su artículo dominical publicado en el diario El Comercio, que el tráfico de estupefacientes es “la mayor amenaza para la democracia en América Latina”.
Para el escritor, la legalización del consumo de las drogas “debe ser acompañada de un redireccionamiento de las enormes sumas que ... se invierten en represión” para destinarlas a campañas educativas, de rehabilitación e información al igual que se hizo en la lucha contra el tabaco.
Opinó que “es absurdo” declarar una guerra a los “cárteles de la droga” pues estos “ya ganaron” y sostuvo que “esta verdad vale no solo para México sino para buena parte de los países latinoamericanos”.
“En algunos como Colombia, Bolivia y el Perú (el narcotráfico) avanza a ojos vista y en otros de manera más lenta”, precisó.
Vargas Llosa afirmó que el problema de fondo “no es policial sino económico” pues el mercado para las drogas crece en todos los países, afecta a todas las clases sociales, y “los efectos son tan dañinos en la salud como en las instituciones. Y a las democracias del Tercer Mundo, como un cáncer, las va minando”.
Citando al premio Nobel de Economía Milton Friedman identificó a “intereses poderosos” como los principales opositores a la legalización del consumo de las drogas que influyen para que los gobiernos permanezcan en la actual actitud represiva contra las drogas.
Según el escritor, los intereses son “los organismos y personas que viven de la represión de las drogas” y quienes se oponen “por razones de principio”.
Vargas Llosa junto a los novelistas Tomás Eloy Martínez, Paulo Coelho y ex presidentes de Latinoamérica advirtieron en febrero que las políticas represivas contra la producción y tráfico de drogas fracasaron en la región, y consideraron que un error “seguir las políticas prohibicionistas.
Via: Beldwin Peña.
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