
Su cambio ha sido tan evidente, que anulado por completo de los premios Casandra 2009, el merenguero mantuvo la calma y se aceptó la decisión de Acroarte. No lloró ni se peleó con nadie. Tampoco reclamó. Extraño comportamiento en un artista que se caracterizó en su regreso por ser diferente y controversial.
Para él es importante aclarar que no es cuestión de vejez, ni cansancio, ahora son otros los planes que determinan el comportamiento de El Jeffrey. “Pero en tarima seguiré siendo el mismo artista, porque eso es lo que he sido y porque a diferencia de otros yo sí sé entregarme en un escenario, ser un verdadero artista. Ese Jeffrey no va a cambiar porque ése es el artista”, dijo. El cambio también involucra un nuevo equipo de trabajo con el que comparte su vida profesional.
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