Darmacio Benedito Vicente (Alférez), es huérfano de padre y su madre es la señora Ana Alcántara viuda de Vicente. Madre e hijo viven en la comunidad de Villa Ocoa en Padre Las Casas, Azua. Todos los ocoeños y de más allá conocen a Alférez. ¡Claro, es que Alférez es diferente a todos los demás de esa localidad! Es singular, único, inofensivo, inocente; sencillamente diferente.
Tiene Alferez en la actualidad 31 años (cronológicamente hablando) pero su mente no alcanza a los 5 años, es un bebé en cuerpo de hombre. Está tan desarrollado que mas bien parecería un luchador de sumo ¡Si así fuera! Pero no, la realidad es otra y es muy dura y cruel.Doña Ana, la madre, nos cuenta: “Aparentemente era un niño normal hasta que aprendió a exigir con lloros, pataleos, rabietas y cualquier otra forma de protesta que le quitaran la ropa; y eso lo hizo desde muy temprana edad. No resistía la ropa. Y no la resiste hasta el día de hoy”.Se crió sin ropa y caminaba todas las calles de Ocoa desnudo; completamente desnudo. Esto no resultaba ni resulta motivo de admiración ni de sorpresa ya que pequeños y grandes lo veían y lo ven como algo natural. Tan natural como ver al adulto caminar vestido.Era tan natural y aceptado que Alferez asistía de vez en cuando a la misa en la iglesia de su localidad desnudo "así como Dios lo trajo al mundo" y nadie reparaba en ello. Hace algún tiempito según nos dice doña Ana, Alferez dejó de salir a la calle y esta pegado a la madre. Ella es su única esperanza, su apoyo, su protección, su amparo.
Tiene Alferez en la actualidad 31 años (cronológicamente hablando) pero su mente no alcanza a los 5 años, es un bebé en cuerpo de hombre. Está tan desarrollado que mas bien parecería un luchador de sumo ¡Si así fuera! Pero no, la realidad es otra y es muy dura y cruel.Doña Ana, la madre, nos cuenta: “Aparentemente era un niño normal hasta que aprendió a exigir con lloros, pataleos, rabietas y cualquier otra forma de protesta que le quitaran la ropa; y eso lo hizo desde muy temprana edad. No resistía la ropa. Y no la resiste hasta el día de hoy”.Se crió sin ropa y caminaba todas las calles de Ocoa desnudo; completamente desnudo. Esto no resultaba ni resulta motivo de admiración ni de sorpresa ya que pequeños y grandes lo veían y lo ven como algo natural. Tan natural como ver al adulto caminar vestido.Era tan natural y aceptado que Alferez asistía de vez en cuando a la misa en la iglesia de su localidad desnudo "así como Dios lo trajo al mundo" y nadie reparaba en ello. Hace algún tiempito según nos dice doña Ana, Alferez dejó de salir a la calle y esta pegado a la madre. Ella es su única esperanza, su apoyo, su protección, su amparo.
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