

Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de la administración del presidente Barack Obama están haciendo todo lo posible para que quienes votamos por el actual mandatario en 2008, no repitamos el error en 2012.
Sus subordinados del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ya completaron eficientemente el primer millón de indocumentados expulsados del país.
Pero no solo consumaron el primer millón de razones para no confiar en la palabra empeñada del presidente de "la esperanza" y el "sí se puede", sino que John Morton, el director de ICE, se da el lujo de burlarse de 40 gobernadores del país con el programa de deportaciones Comunidades Seguras.
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